One Reply to “Nick Gorgeous Cock”

  1. You have a gorgeous cock, and just like me, you highlight it by shaving your assholes, so that it looks bigger and more appetizing. I am also a hardened wanker, who does three in a row, almost always when I wake up in the morning, because doing it, wakes me up and makes me attentive. I like to walk on the edge when I jerk off, as long as I can, but the normal thing in those mornings is to do them in three well-defined stages. At almost 84 years old (I will turn 84 in March), in order to have an erection as hard as I like, I need to put a ring of my construction at the base of my cock, that is the only way I like to jerk off. The fact is that by rubbing here and rubbing there, I quickly reach the summit of pre-orgasmic pleasure, and I stay there, walking on that ledge of pleasure, as long as I can, and that is generally 6 to 7 minutes on that razor-sharp edge that invites you to fall into that final abyss, of definitive ejaculation. I must then stop, to avoid the final ejaculatory fall. I stop completely and let everything calm down, thus entering a penumbra of pleasure and rest, where my pleasure mast, gives way in its hardness. After a few minutes of warrior’s rest, I stimulate it again with delicious caresses, which are distributed on my beloved tool, as well as its anal surroundings. I then return to the exact point of the pleasurable summit, and again with delicacy I walk the sharp summit of pre-orgasmic pleasure, which this time, has a sharper edge than the previous one. Being there, erotic thoughts fill my brain with delicious sensations, while my prostate beats harder and harder, asking for permission to expel my semen reserved there in jets. I do not allow it, although my perineum threatens with pulsations of threatening to gush out. I stay enjoying the pleasure of these pleasures, and I feel that little by little they give in to their intentions of ejaculating. I then let so much delicious tension rest again, and after a few minutes, everything starts again, of course this time, reaching the summit is easier, and much more dangerous if I cannot stay there walking. This third time is more acute than the previous ones and I can say almost proudly that at this very final edge, I have been able to allow myself to let a single drop of my sperm flow, beyond the precum that normally lubricates the head of my sexual equipment.
    All this, practically every day, except for the one in which for some external reason, I have to get up earlier. God! What a jerk I’ve become! I only know that if I have to die, and if it depends on me, I’ll do it with my left hand on my cock. In a final jerk off.
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    Luces una hermosísima verga, y al igual que yo, la destacas afeitando tus pendejos, para que lusca más grande y apetecible. Yo también soy un pajero empedernido, que me hago tres al hilo, casi siempre al despertarme en las mañanas, porque hacerla, me despeja pone y atento. Soy en mis pajas, caminar por el borde, todo el tiempo que puedo, pero lo normal en esas mañanas es hacerlas en tres etapas bien definidas. A mis casi 84 años (los cumpliré en marzo), necesito para tener una erección tan dura como me gusta, la necesidad de ponerme un anillo de mi construcción en la base de mi verga, solo así me gusta pajearme. El caso es que sobando por aquí y sobando por allá, rápidamente llego a la cumbre del placer pre orgásmico, y me quedo allí, caminando en esa cornisa de placer, tanto tiempo como puedo, y que en general son 6 a 7 minutos en ese borde afiladísimo que te invitan a caer en ese abismo final, de la eyaculación definitiva. Debo entonces parar, para evitar la caída eyaculatoria definitiva. Me detengo totalmente y dejo que todo se vaya aplacando, entro así en una penumbra de placer y reposo, donde mi mástil de placer, va cediendo en su dureza. Al cabo de algunos minutos del reposo del guerrero, vuelvo a estimularlo con caricias deliciosas, que se reparten en mi querida herramienta, como de sus alrededores anales. Vuelvo entonces al punto justo de la cumbre placentera, y nuevamente con delicadeza camino la afilada cumbre del placer pre orgásmico, que esta vez, tiene el borde más afilado que el anterior. Estando allí, pensamientos eróticos llenan mi cerebro de sensaciones deliciosas, mientras cada vez más fuerte, late mi próstata solicitando permiso para expulsar a chorros mi semen allí reservado. No se lo permito, aunque mi perineo, amenaza con pulsiones de latidos amenazantes de chorrear. Me quedo disfrutando el placer de esos goces, y siento que poco a poco ceden en sus intenciones de eyacular. Vuelvo entonces a dejar descansar tanta deliciosa tensión, y luego de algunos minutos, todo vuelve a comenzar, claro que esta vez, llegar a la cumbre es más fácil, y mucho más peligrosa de no poder mantenerse allí caminando. Esta tercera vez es más aguda que las anteriores y puedo decir casi orgullosamente que en este finalísimo borde, he sido capaz de permitirme dejar fluir una sola gotita de mi esperma, más allá del pre cum que normalmente lubrican la cabeza de mi equipo sexual.
    Todo esto, prácticamente todos los días, salvo aquel en que por alguna razón externa, me tenga que levantar más temprano. ¡Dios!…¡Que pajero me he vuelto!.. Solo sé, que si he de morir, y si de mi depende, lo haré con mi mano izquierda en la verga. En una paja final.-

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